Joven es una categoría social que empieza a surgir y pervive en el mundo occidental. En otras épocas o en otros mundos, de niño pasas a ser un adulto. Son los cambios y, en especial, el surgimiento de la “sociedad de consumo” quién construye esta categoría social como simple “público objetivo” de unos determinados productos (Teoría del marketing).
Seguimos profundizando en la sociedad de consumo y aparecen nuevas categorías de consumidores: protegidos (inmigrantes), grey market (mayores), metrosexuales (grandes consumidores de belleza), übersexual (hombres y mujeres medios), tecnosexual (forofos de los avances tecnológicos), pink market (gays), singles (solteros)… Y ahora ¿dónde estás tú?.
Y ahora las crisis afectan profundamente a los jóvenes, somos niños, viviendo bajo el paraguas de nuestras familias, del sistema educativo que nos retiene hasta cerca de los treinta y nos suelta sin paracaídas al mundo laboral. Un mundo laboral inestable, mileurista y donde intentan desprestigiarte por tu juventud, aunque seamos la generación más preparada y aunque no se acuerden esos mismos que alguna vez tuvieron tu edad y las cosas eran más fáciles entonces.
Denford no es un problema de cantidad sino de calidad, cada vez las diferencias entre el Norte (países desarrollados) y el Sur (países pobres) es mayor; cada vez el Norte controla y asfixia más al Sur. El otro día escuche que EE.UU. iba a empezar a guardar “arroz”, en los países pobres la moneda es un plato de arroz. Ahora que nosotros vemos peligrar nuestro status de bienestar ahogamos al Sur, privándoles de la comida y condenándolos a morir de hambre. ¿No es muy cruel esto? ¿Y qué podremos hacer contra esto?.
Seguiremos siendo jóvenes, anestesiados con nuestros estudios, nuestras noches de marcha, nuestros viajes y nuestros amigos/as, novios/as. Olvidando que, a kilómetros de aquí, hay personas que jamás sabrán escribir su nombre, que no necesitan una copa para ser feliz, que no saldrán jamás de su aldea y que a los doce años sus padres apañan su matrimonio.Y, nosotros nos quejamos de nuestro futuro, al menos nosotros tenemos un futuro.